Día 4

Día: 4 - Semana: 1 - Autor: Pr. Bernardo Affranchino



Pasaje

“Así que el ángel me dijo: Ésta es la palabra del Señor para Zorobabel: No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu dice el Señor Todopoderoso.” ZACARÍAS 4:6


Oración

Gracias por la cruz Dios, por el precio Tu pagar, reza una vieja canción de alabanza y creo que es perfecta para cantarla hoy. Señor queremos anunciar a toda la ciudad y todo el partido de Brown el mensaje de entrega amorosa de Jesús en la cruz, ayúdanos a que todo esté adecuado para el día del Vía Crucis.


Desarrollo

Los días anteriores, dábamos gracias por “los incorrectos” llamados por Dios para hacer grandes cosas y además pedimos ayuda para seguir fielmente las pisadas de Jesús, pues a veces Sus planes y mis ideas, están un poco distintos. Este pasaje es un buen ejemplo de lo que hablamos. La escena del pasaje de hoy es bien particular. No solo anticipa el “estilo Cristo” a la hora de librar batallas, sino que además presenta un cuadro de la obra del Espíritu santo y la importancia de depender de Él. Probablemente nada pueda ejemplificar mejor ésta profecía que la forma en que Jesús resolvió la batalla a nuestro favor. Con su muerte, Cristo pagó el altísimo precio (que no podíamos nosotros pagar) del pecado de humanidad. ¡Imposible para el hombre pagar por él mismo, debido a su naturaleza imperfecta, incapaz de cubrir su propia deuda de pecado! La paga del pecado es muerte (Romanos 6:23); y era necesario un sacrificio de muerte para cubrir el costo del pecado del mundo. Tu y yo no podemos salvar al mundo, aunque deseáramos hacerlo, se necesitaba un sacrificio puro, sin pecado, agradable a Dios. Nosotros estamos “descartados” de esta descripción, por nuestras faltas y errores, lo que llamamos pecado. Este precio tuvo que ser pagado por un sacrificio perfecto, libre de pecado. La Santa exigencia de Dios fue la razón que Él tuvo para enviar a Su Hijo ya que Él era el único digno, el único capaz de encontrar el modelo de Dios de un Sacrificio perfecto libre de pecado para lavar la gran deuda de pecado de toda la humanidad. Es interesante que ¡El primer título que se le da a Jesús en su encuentro con Juan el Bautista fue “el Cordero de Dios’! ¡Sí, al iniciar Jesús Su ministerio público aquí en la tierra, ya estaba establecida su misión de ser clavado en la Cruz, unos años más tarde, tomando el lugar del hombre, Justificándolo, y dando toda gloria a Dios Padre!