DÍA 16 -YO SOY

Día: 16 - Semana: 3 - Autor: Pr. Bernardo Affranchino



Pasaje

Juan 4:26 Ése soy yo, el que habla contigo, le dijo Jesús. Juan 18:6 Cuando Jesús les dijo: “Yo soy”, dieron un paso atrás y se desplomaron.


Oración

Estaba pensando como orar. Creo pedir ayuda para que la persona de Cristo se forme en nosotros, será bueno, pero no debemos olvidar, que todo comienza con la decisión personal de rendirlo todo a Él. Sobre esa postura de entrega, el Espíritu Santo obrará maravillosamente, pero yo decido rendirlo todo a Él. Poca carga en la mochila. Gracias Jesús por tu ejemplo. Señor cada logro es una alegría, cada título que pueda recibir, será motivo de gratitud, pero decido hoy recibir el reconocimiento que sea y rápidamente entregarlo a Ti. Ojalá pueda llevarme bien con todos, de cualquier manera mi deseo más profundo es agradarte a Ti. Te amo Jesús. Toma un tiempo para orar por aquellos que representarán el vía Crucis, que seamos gente solo busca honrar a Jesús.


Desarrollo

En el evangelio según San Juan, encontramos los conocidos “yo soy” de Jesús. Jesús declara a lo largo del evangelio, que Él es el pan de vida, la luz del mundo, la puerta, el buen pastor, la resurrección y la vida, el camino la verdad y la vida y la vid verdadera. Está hablando de identidad y llamado. Cada vez que Jesús habló de quien era, tuvo que ver con roles y acciones que beneficiaban a la gente y daban cumplimiento a la misión. No se autodenominó rey, ni maestro, aunque la gente lo llamó así, sino que tal como decíamos ayer de Juan, Él también se mantuvo enfocado en ser siervo. Jamás seremos llamados a ser o hacer algo en Cristo y por Cristo, de lo cual Él no se haya mostrado como ejemplo. Es interesante como Jesucristo, resistió toda tentación a abandonar Su propósito y se mantuvo fiel a cumplir el propósito de Dios para Su vida, mantuvo Su identidad. No se subió al pedestal de maestro cuando lo llamaron así, sino que su siguiente día fue otra vez como siervo. No buscó el trono que los hombres ofrecían, cuando vio a la multitud a la entrada de Jerusalén aclamarlo al grito de Hosanna, bendito el que viene en nombre del Señor y llamarlo rey. Tanto así era conocido que cuando estuvo frente a las autoridades que lo juzgarían, le preguntaron por el nombre con el cual le conocían, ¿eres Tú el Rey de los judíos? No buscó trono, sino cruz. Iba de camino a la cruz en cada paso y actitud que tomaba. Yo pienso que si acumulamos muchos títulos y laureles sobre nosotros, será más difícil subir a la cruz de la entrega diaria. Mucha carga, más difícil la subida. Andar ligeros de todo pecado por supuesto, además ligeros de medallas y vanidades. Vamos de camino a la cruz.