DÍA 21 - LA VID VERDADERA

Día: 21 - Semana: 3 - Autor: Pr. Bernardo Affranchino



Pasaje

Juan 15:5 Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.


Oración

Vamos a consagrarnos nuevamente a Él y dar frutos nuevos a través de Cristo. Como creyentes, como iglesia. No importa cuanto nos organicemos o trabajemos para cualquier proyecto, separados de Él no habrá resultados importantes. Te bendigo señor y confieso que sin Ti mi fruto será pequeño o aún ninguno.


Declaración

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Desarrollo

Otra vez la figura cotidiana irrumpe en el discurso de Jesús.

Una parra con un tronco central, ramas que se extienden,

uvas apetecibles colgando. Quizás algunos de los que hoy

leen esto, disfrutan una parra en el patio de su casa. Garantía

de aromas ricos en verano, sombra y postre asegurado.

Es una declaración dentro de la figura de una parábola.
Yo creo que es una figura de la vida misma. Finalmente
el sentido de la vid es el racimo de uvas, para eso
la buscamos y plantamos, una vid que no diera frutos, no
tendría razón de ser.
¿Es claro verdad?
Todos buscamos dar fruto, todos deseamos que nuestra
vida produzca resultados. Vivir es mucho más que durar,
no tenemos la vocación de solo cumplir años, sino que
conservamos la expectativa de ver aparecer frutos y cuando
eso sucede, no importa cuanto tiempo de maduración
hubo en medio o que tipo de riego debimos utilizar, damos
gracias y disfrutamos. Esperamos el fruto.
Jesús nos muestra hoy que no hay frutos si no hay conexión
al tronco de la vid. Nuestra vida aparece en la figura
como el escenario donde los frutos se dan. Nosotros como
ramas estamos llamados a dar frutos.

Los frutos en ocasiones, se llevan toda la atención, pero
sigue mirando, penden de una rama y si sigues mirando
verás que esas ramas solo serían madera para la hoguera si
no hubiera tronco que las origine.
Hay una figura en Zacarías capítulo 4 donde el profeta recibe
una visión de la Presencia de Dios donde la lámpara
de Dios está encendida dando luz, pero no habría luz sin
sus siervos comunicándola y ellos no podrían transportar
el aceite si no hubiera olivo, el cual es Dios que lo genere.
Dependencia parece ser la palabra para hoy.
Estamos llamados a dar fruto, pero no daremos uno bueno
sin la comunión con nuestro Dios. Somos instrumentos de
Su Gracia, preparados para dar resultados, los cuales se
darán si nos mantenemos conectados a Él.
Conectados, así llamaba a la comunión con Dios el pastor
Lorenzo.