Pasaje

Lucas 6:38 “Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.”

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Oración

Señor te alabo porque Tú eres el dueño de mi vida. Tú eres mi protección y Tú eres mi refugio. Mi paz profunda se allá en Ti. Ayúdame a ser un dador de lo que tengo, en toda situación.

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Declaración

Renuncio a poner mi futuro en manos de lo material. He elegido confiar en Dios por encima de todas las cosas.

Desarrollo

Se oyó un clamor desde una cruz en el monte Gólgota hace dos mil años, que aún resuena. Jesús terminó su ministerio como hombre, gritando a los cuatro vientos: Padre en Tus manos encomiendo mi espíritu y partió hacia la siguiente batalla. Lo había dado todo, ahora entregaba lo último que le quedaba. Lucas cita las palabras del maestro y explica que dar es parte de nuestra identidad. En un mundo, donde nunca es suficiente, donde la consigna es acumular lo más posible aunque sea en detrimento del prójimo, se nos propone dar. Este es el gran camino para prosperar. El apóstol Pablo, enseño que lo que sembramos, eso también cosecharemos y rescatando algunas de las reflexiones de ayer, te digo que se aplica a todo. El que siembra su corazón, cosechará afecto. El que siembra consejo, será respetado y el que siembra dinero, cosechará provisión material. Podemos aplicarlo a todo rubro, hoy lo hacemos en lo material. Para poder dar sin angustia y con alegría como invita la Biblia, hace falta no haber pactado con el dinero. Pactamos con el dinero, cuando lo hacemos responsable de nuestra paz interior, encargado de nuestro futuro y dueño de mi agenda personal. El dinero, está para servirte y que nunca sea al revés. Debemos saber que el dar (la ofrenda es una parte de esa actitud) es un recurso para la renovación y la provisión.