Evangelio según Mateo, 2° parte



Pasaje

“Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo.” (18:18)


Oración

Señor, en todo quiero hacer Tu Voluntad. Doy gracias por el cuerpo de Cristo, con todas sus diferencias y bendigo Tu iglesia, no soy yo solo, formo parte de algo más grande que mi vida personal. Bendice mi boca, para que de ella se escuchen solo las palabras correctas.


Declaración

Mateo intenta presentar a Jesús, no sólo como el Mesías, sino como el Hijo de David, y elabora esta verdad de manera que pudiera ayudar a los cristianos en sus controversias con los judíos. Muestra que en Jesús se cumple la profecía del Antiguo Testamento, y que la Ley adquiere nuevo significado y se complementa en la persona, las palabras y la obra de Cristo. Mateo también señala que el rechazo de Cristo por parte de Israel está de acuerdo con la profecía, y que tal rechazo da lugar a la transferencia de los privilegios divinos de pueblo escogido de la comunidad judía a la cristiana. “El reino de Dios será quitado de vosotros (Israel), y será dado a gente que produzca los frutos de él” (21:43).

Desarrollo

Los judíos esperaban a un líder que poetas y profetas inspirados habían anunciado siglos antes. Creían que ese Mesías los rescataría de la opresión romana y establecería un nuevo reino. Como rey, gobernaría la tierra con justicia. Sin embargo, muchos judíos no se habían fijado en las profecías que decían que aquel rey también sería un siervo sufrido que primero sería rechazado y asesinado. Por lo tanto, no es de extrañar que pocos judíos reconocieron a Jesús como el Mesías.

El pasaje que elegimos para hoy, ilustra el principio de la práctica de la autoridad de Cristo más allá de las presunciones y de cómo esa autoridad no era solo del Cristo sino también para Sus seguidores.

Reflexión

Es interesante de varias formas éste pasaje.

Lo primero que debemos observar, es el contexto en el que ocurre ésta enseñanza.

El pasaje comienza con una discusión acerca de escalafones, advierte sobre el riesgo de hacer tropezar al otro, recuerda que no hay que dejar a nadie atrás con la parábola de oveja y en medio de las enseñanzas sobre restauración de relaciones y la parábola de los deudores, aparecen éstas tres claves de intercesión y victoria.

1 – El peso de las declaraciones: lo que declaramos en convicción, tiene un peso de responsabilidad, ata y desata.

2 – Impacta en cielo y tierra: nuestras declaraciones hechas en la tierra, no quedan allí, tiene una trascendencia espiritual y activan la obra de Dios o desactivan las acciones demoníacas.

3 – El marco de la unidad: es imposible dejar de lado los versículos 19 y 20 al mirar el 18. La unidad, el acuerdo y el Nombre de Jesús, son el ambiente en el cual se hacen ésta declaraciones de fe.

Entender la Voluntad de Dios, orar de acuerdo a ella y declarar la obra del Espíritu, al tiempo que atamos la acción del infierno. No pedimos de acuerdo a nosotros mismo, queremos ver realizada, la Voluntad de Dios.