Galatas



Pasaje

“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” (5:1)


Oración

Señor, doy gracias por Tú Amor sin medida, el cual he recibido sin merecer. Te amo y trataré de agradarte por causa del amor que siento por Ti.


Declaración

La controversia más apremiante de la iglesia primitiva fue sobre la relación de los nuevos creyentes, particularmente gentiles, con las leyes judías. De manera particular este fue un problema para los convertidos y las iglesias jóvenes que Pablo había fundado en su primer viaje misionero. Pablo escribe para corregir este problema. Más tarde, en el concilio en Jerusalén, los líderes de la iglesia resolvieron oficialmente el conflicto
Probablemente Pablo escribió la carta alrededor de los años 55 ó 56, cuando estaba en Macedonia o Corinto durante su tercer viaje misionero.

Desarrollo

La antigua Galia la poblaban tribus guerreras que migraron a través de Europa al Asia Menor varios siglos antes de Cristo. Fundaron una nación llamada “Galacia” que quiere decir «país de los Galos». Como un cuarto de siglo antes de que Cristo naciera los romanos hicieron de Galacia una parte de una de sus provincias más grandes y llamaron “Galacia” a toda el área.


Reflexión

Un grupo de maestros judíos insistían que los creyentes no judíos debían obedecer las leyes judías y las reglas tradicionales. Creían que una persona se salvaba por seguir las leyes de Moisés (con énfasis en la circuncisión, la señal del pacto), en añadidura a la fe en Cristo. Pablo se opuso mostrándoles que la Ley no puede salvar a nadie. La Ley servía como guía para dar a conocer nuestra necesidad de ser perdonados. Cristo cumplió con las obligaciones de la Ley en nuestro lugar. Debemos volvernos a Él para ser salvos. Solo Él puede hacernos justos delante de Dios.

Hemos sido salvados por Dios del juicio y castigo por el pecado, por el regalo de su gracia. Recibimos salvación por la fe, al confiar en Él, y no por alguna otra cosa más. Enseñar a pagar con obras lo que Dios nos ha dado de gracia, es corromper el mensaje del evangelio. Las obras, serán un fruto de mi fe y relación con Dios, nunca un medio para alcanzarlo.

La misma perversión del evangelio que Pablo combate en su carta sigue apareciendo bajo distintos disfraces. El legalismo, con su prédica de que la justificación o santificación dependen de los esfuerzos personales de la gente, negando así la eficiencia de la cruz, es el más persistente de los enemigos del evangelio de la gracia. La circuncisión y otros requerimientos de la Ley Mosaica puede que ya no sean cuestiones relacionadas con la salvación, pero muchas veces la observancia de ciertas reglas, regulaciones o ritos religiosos se consideran como una condición, junto a la fe, para alcanzar la madurez cristiana. Gálatas denuncia abiertamente los peligros del legalismo y establece la esencial verdad de la fe como único requisito de la salvación. Esta epístola se convirtió en el emblema de la Reforma protestante y es la Carta Magna de la libertad espiritual para todos los tiempos.