CASA DE PAZ

...para Satisfacerla habiendola...

Día: 7 - Semana: 1 - Autor: Pr. Bernado Afranchino

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Pasaje

“…para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra” (Efesios 5: 26).


Desarrollo

Pablo reitera a los esposos que amen a sus esposas, lo que no hace al pedir a las esposas que se sometan a sus esposos. ¿Cómo debiera amar un hombre a su esposa? Estando dispuesto a sacrificar cualquier cosa por ella, buscando su felicidad como asunto de primera importancia y cuidándola como cuida su cuerpo.

Ninguna esposa necesita temer someterse a un hombre que la trata así. Estos versículos colocan tales demandas sobre los hombros del esposo cristiano, que resulta imposible comprender cómo se han podido lanzar acusaciones de superioridad masculina en la Biblia, o cómo se pudo alguna vez invocar estos textos bíblicos como justificación para explotar a las mujeres o a las esposas.

Es una historia de amor. Dios nos ama, y como hombre fue por ella, a tomar su lugar, para ubicarla en el lugar al cual fue predestinada. Morir para dar vida. Para santificarla, esto es para apartarla, consagrarla. Para darle la oportunidad de someterse a un continuo proceso de belleza, de limpieza. La novia se prepara para recibir a su esposo que vendrá por ella.

Entrega, muerte y nacimiento. Procesos del ciclo de la vida. Mi entrega, mi muerte, auspician un nuevo nacimiento. Gloriosa, espléndida, noble, hermosa, honorable.

¡Cuán gran misterio es éste! Algunos cristianos piensan que la enseñanza de Pablo fue negativa en relación con el matrimonio debido al consejo que dio en 1º Corintios 7.32–38. Estos versículos en Efesios, sin embargo, muestran una visión elevada del matrimonio. Aquí el matrimonio no es una necesidad práctica ni una cura para el deseo sexual, sino una figura de la relación entre Cristo y su Iglesia. ¿Por qué la aparente diferencia? El consejo de Pablo en 1 Corintios se señala debido a un estado de emergencia durante tiempos de persecución y crisis. El consejo de Pablo a los efesios es más el ideal bíblico para el matrimonio. El matrimonio, para Pablo, es una unión santa, un símbolo viviente, una preciosa relación que merece amor y atención autosacrificial.