EN FAMILIA

Los hijos al altar

Día: 30 - Semana: 5 - Autor: Pastor Bernardo Affranchino

Siguiente →


Pasaje

Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová. 1Samuel 1:27


Oración

-


Declaración

-

Desarrollo

Aproximadamente 800.000 niños nacerán en Argentina este año. Uno de cada 5 de ellos se criarán en hogares cristianos, y solamente un porcentaje reducido de esos niños en los hogares cristianos serán dedicados a Dios. Dedicarle un hijo a Dios significa desear lo que el Señor desea para ese niño. Para poder entregarle a Dios nuestros hijos, debemos de remover nuestros deseos y preconceptos personales y ayudar a nuestros hijos a detectar con que dones y habilidades han sido bendecidos, para así guiarlos al desarrollo de sus vocaciones y propósitos de Dios. En el capítulo primero de 1 Samuel, encontramos la historia de Elcana y Ana, el padre y la madre de Samuel. Muchos cristianos saben la historia de Samuel y como Dios lo usó de una manera maravillosa y de un modo incomparable con otros hombres de su generación. Dios lo usó en una época crítica en la historia de la nación de Israel. Todo esto fue resultado de la oración de una mujer. • LOS HIJOS SON UN REGAL0 DE DIOS La Biblia dice en Salmos 127:1-3 En esta generación, como nunca, hay niños a quienes se les han dado el título de “niños rechazados”. Esta frase representa las ideas egoístas y vanales que actualmente han sido institucionalizadas en nuestro mundo. Una y otra vez, tenemos que ser recordados que los niños son un regalo de Dios. La Biblia dice: “Herencia de Jehová son los hijos”. Cuando la concepción toma lugar y la vida comienza, es una obra milagrosa de Dios. Los niños son un regalo de Dios. • LOS HIJOS NO SON NUESTRA POSESIÓN PERSONAL Por supuesto, nosotros nos sentimos muy posesivos con nuestros hijos. Esto en un instinto natural que Dios pone en el corazón de un padre. Los padres tienen un sentimiento afectuoso y amoroso que es muy natural y necesario, pero debemos recordar que no estamos criándolos para nosotros. Estamos criándolos para Cristo, y para los compañeros(as) que ellos(as) conocerán más tarde y algún día se casarán. Nuestros hijos son nuestros, pero solo son nuestros para criarlos. Ellos son puestos bajo nuestro cuidado y seguridad por sólo un tiempo, aunque continuamos la relación de padre e hijo a través de los años. • LOS HIJOS DEBEN SER DEDICAD0S A DIOS DE NUEVO La Biblia no solamente nos enseña que los hijos nos son entregados para criar, pero también nos enseña que debemos dedicárselos de nuevo a Dios. Esta es una decisión deliberada que los padres deben hacer. Es un pacto entre los padres y Dios. En un sentido, esto significa que debemos remover nuestras manos fuera de las circunstancias y negocios de sus vidas, y reconocer que Dios puede obrar a través de todas las cosas para el bien de nuestros hijos y para Su gloria. Cuando las cosas no vayan bien, Dios aún puede obrar para bien dentro de una mala circunstancia. Cuando tal parece que una persona ha entrado a sus vidas que no es la persona que nosotros hubiésemos escogido para ellos, de alguna manera, Dios puede tomar esta situación y tornarla para Su gloria y el bien de ellos.