EN PIE DE GUERRA

Siendo libres.



Pasaje

Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud.Gálatas 5:21


Oración

Me paro en el Nombre de Jesús y reprendo toda obra del enemigo en mi vida pasada o presente.


Declaración

Si tiene acceso a internet visite las webs de diarios nacionales como lanacion.com.ar e introduzca términos como “umbanda” y anote los resultados.

Desarrollo

Hasta aquí, hemos visto como es esta guerra en la cual estamos involucrados, cómo es nuestro enemigo y finalmente a través de qué estrategias logra el diablo apropiarse de lo que no es suyo.

Es importante recordar que el mundo ya esta bajo el maligno y que el que no está con Cristo está contra EL (Marcos 9:40; Efesios 2:2 y 3).

Basados en esto, podemos afirmar que aquel que no conoce a Cristo, esta expuesto a los ataques de satanás y por lo tanto el riesgo de que este tome espacio y dominio sobre su vida, es mayor. El grado de compromiso con el diablo, variará en función de la dimensión del pacto hecho.

¿Qué es hacer un pacto?

Bueno, no es otra cosa que hacer una transacción, un canje. Mi vida o un área de ella, a cambio de poder o placer de lo que fuera.

Este pacto, básicamente, puede ser: Consciente (es el pacto más fuerte. La persona ofrece su vida a cambio de algo). Puede hacerse en una ceremonia o aún hay casos donde una persona ha dialogado mano a mano con un demonio. Si hay sangre presente, la atadura será aún muy fuerte.

Puede ser Inconsciente: es el tipo de pacto en el que la persona cede parte o aún todo, el dominio de su vida al diablo, sin llegar a ser cabalmente consciente de lo que hace.

Esto puede darse por: Una práctica constante de algún pecado, que provoque una subordinación de la voluntad, a esa práctica. (ejemplo: un pecado sexual). Una práctica ocultista de cualquier tipo. Aquí incluiremos una persona que concurre o es llevada por ejemplo a un curandero.

Una maldición familiar hecha por un antepasado puede influir en una persona, si ésta la confirma con alguna conducta. Hay maldiciones que alcanzan hasta la tercera generación, sin opción para el descendiente.

Una maldición personal a través de umbanda o magia, etc. Una acción directa de violencia que fuerce la voluntad. (ejemplo: violación)