FAMILIAS SÓLIDAS
COMO CRIAR HIJOS REBELDES
Pasaje
Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor. Efesios 6:4
Desarrollo
¿De qué habla cuando menciona “hacer enojar” a nuestros hijos? ¿Se refiere a no darles todos sus antojos, porque si no, van a llorar? No se refiere a esto. Se refiere a causar resentimiento o rencor en el corazón de nuestros hijos. Una de las mejores formas de hacer que crezca el rencor en el corazón de nuestros hijos es que exista una contradicción entre lo que hacemos y lo que decimos, los niños aprenden mas por ver, que por oír. Hay un ejemplo interesante de esto que estamos diciendo en la comparación de las historias de Abraham, padre de Isaac. En Génesis 12, Abram se dirige a Egipto buscando solucionar un problema de alimentos y al llegar, le dice a las autoridades que Sarai, su esposa es en realidad su hermana. Abram era un hombre de Dios, un héroe de la fe, sin embargo, en éste caso usó la mentira como recurso y le pidió a su esposa que le siguiera en la misma conducta. Vemos que a Dios no le agradó esta mentira, y castigó al faraón para que se diera cuenta de lo que había sucedido. Ahora vamos a adelantar unos años la historia y ver lo que sucede en Génesis 26. Ahora Isaac, quien llega a tierras extranjeras y ante el peligro de ser agredido para quitarle su esposa, adopta la misma conducta de su padre y decide usar la mentira como manera de zafar. Isaac, el hijo de Abraham, había aprendido muy bien del ejemplo de su padre. De seguro Abraham le habló de la importancia de decir la verdad, pero su ejemplo fue otro. Hacemos bien en enseñarle a nuestros hijos a decir siempre la verdad. Sin embargo, si luego llama alguien con quien no deseamos hablar en ese momento y le decimos nuestro hijo: “decile que no estoy”, acabamos de cancelar por completo lo enseñado. Hacemos bien en enseñarle a nuestros hijos a orar, sin embargo, si él nunca nos ve orar, no prestará mucha atención a las instrucciones. Hacemos bien en enseñarle a hablar bien, pero si luego nos escucha decir palabrotas, seguirá nuestro ejemplo, no las enseñanzas. Hacemos bien en decirle a nuestros hijos “ésta es tu casa, cuidala”, pero si cuando vienen con ideas diferentes (aunque fueran erradas), en lugar de corregirlos dialogando, le decimos frases como “cuando tengas tu casa, hacé lo que quieras, acá es como digo yo”, entonces algo entrará en conflicto en su interior. Para criar un hijo rebelde, asegurate de que haya una gran discrepancia entre tus palabras y tus hechos. ¿Cuántos de ustedes quieren tener hijos rebeldes? Si los quieren tener, esfuércense para que sus palabras y sus hechos no concuerden. Una segunda forma de hacer crecer la amargura y la rebeldía en nuestros hijos es ser injustos con ellos. Tengamos cuidado de no castigar a nuestros hijos simplemente porque estamos enojados, así el niño no aprende más que a tenerle miedo a su padre. Mejor es tener reglas determinadas para el hogar, y hacerlas respetar. Hay muchos padres que ni siquiera tienen reglas. Nunca se han sentado con sus hijos para hablar de cómo funciona la casa. Que cosas son importantes y cuales no, objetivos comunes para toda la familia y particularidades de cada uno, reglas a la hora de debatir y cosas así. Padres, separen un tiempo para sentarse con sus hijos y dialogar con ellos acerca de las reglas justas para el hogar. Con la participación de los hijos, hagan una lista de cosas a mejorar. Luego, aplíquenselos con igualdad. Los padres, tienen que tomar la iniciativa.