LIMPIANDO LAS VASIJAS
El Cuerpo
Pasaje
Hay un solo pan del cual todos participamos; por eso, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo. 1 Corintios 10:17
Oración
Señor te doy gracias por Tu iglesia, la cual se reúne en miles de lugares para adorarte a Ti. Tenemos formas diferentes de llevar adelante Tú obra y hábitos distintos a la hora de cantar y alabarte, pero hay una sola iglesia. Lo creo, lo confieso y lo practico.
Declaración
Renuncia a toda división. La división no viene de pensar diferente, sino de creer que si el otro no piensa como yo está errado. Doy gracias por cada congregación en el país. Si conociste a Cristo en una congregación diferente a la que te reúnes hoy, da gracias por esos hermanos y no permitas ningún sentimiento equivocado en tu corazón.
Desarrollo
Es una declaración extraordinaria la que contemplamos hoy. El apóstol Pablo, nos enseña que hemos sido trasladados de las tinieblas a Su luz admirable, remarcando que el nuevo nacimiento en Cristo Jesús, es no solo un cambio de hábitos o conceptos, sino un cambio de Reino.
En el reino de Dios, no somos una aglomeración de cristianos. Es más que una sumatoria de creyentes, formamos parte de un cuerpo.
Miembros los unos de los otros, lo que le pasa a mi hermano en la fe, me involucra, tiene que ver conmigo también.
Nos alegramos con la alegría del otro y lloramos con lo que le duele al de al lado. Ésta realidad no viene de una armonía de acuerdos humanos, sino que es una obra de Dios.
Probablemente no haya principio espiritual más temido y más atacado por el infierno que éste que hoy mencionamos. En ocasiones, percibo que la propia iglesia de Cristo, duda de ésta realidad espiritual.
Hablamos de trabajar para ser uno y nos referimos a nuestras congregaciones locales como “iglesias”. Cuanto más se manifestaría el poder de Dios, si en vez de dudar de mi pertenencia a una única iglesia que se junta en diferentes lugares con costumbres diferentes, simplemente declararemos que aún siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo.
Es un principio temido por el infierno, pues cuando confesamos y aplicamos el principio de única iglesia, de un solo cuerpo, el mundo cree las verdades de Dios.
La lucha espiritual, es de la iglesia de Cristo y Jesús enseñaba que cuanto mayor sea la expresión de esa unidad que hemos recibido, mayor es la manifestación de Dios.
Es un principio que debe ser cuidado, confesado y practicado.
Críticas, juicios o chismes son armas del infierno. No debe ser así entre nosotros.
En los días siguientes observaremos dos espíritus que batallan contra el principio de cuerpo en ésta línea de la que hablamos hoy.
Hablando de limpiar vasijas, nos limpiamos de cualquier cosa que sea ocasión de división en el cuerpo de Cristo.