LIMPIANDO LAS VASIJAS

El arrepentimiento



Pasaje

La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte. 2 Corintios 7:10


Oración

Señor, me reconozco imperfecto y necesitado. Renuncio a los caminos que me llevan a la destrucción y me vuelvo a Ti. Te reconozco mi Señor, renuncio a ser el rey de nadie, ni siquiera de mi mismo, he dejado el trono, siéntate Tú.


Declaración

Ayer hacíamos una carta para nuestras familias. ¿Te animás a escribir hoy día una carta para Dios? Anotemos allí caminos de los que nos hemos arrepentido y asegurémonos de que estamos lejos de volver a transitarlos. Si te sorprendes cerca del borde, simplemente corre al trono de Dios.

Desarrollo

Para entender la palabra arrepentimiento, nos ayudará conocer el significado en el idioma griego, lenguaje original en que fue escrito el nuevo testamento.

Déjeme presentarle tres palabras que se usan para definir ésta práctica liberadora: 1) metanoeo, cambio en la manera de creer, cambiar de idea o de mente. 2) metamelomai, sentir remordimiento a cerca de una idea 3) metanoia, cambio de idea que conlleva un cambio de conducta.

El verdadero arrepentimiento, conlleva un cambio en la manera de pensar, volverse de una manera de pensar hacia otra, incluye un cambio de idea, reflejado en una conducta, con el ingrediente del pesar, remordimiento o dolor profundo de las emociones por reconocer un sentido de culpabilidad, de esta manera es como podemos experimentar un verdadero arrepentimiento en nuestros corazones.

La tristeza humana, lleva a la desvalorización y la depresión. Hay otra tristeza que se manifiesta en el corazón del cristiano, como fruto de su comunión con Dios y tiene que ver con sentir de manera similar al corazón de Dios.

Pecar, es errar al blanco literalmente y ese yerro, trae tristeza al corazón de Dios. El pecado afecta nuestro encuentro con Dios y cuando nuestra comunión con Dios es fuerte, percibimos el efecto del pecado. El Espíritu Santo nos convence de error y la tristeza, es una de las formas en que detectamos que algo anduvo mal.

Una manera de superarla, es pecar más y más, la Biblia enseña que eso cauterizará, endurecerá nuestra conciencia. Otro camino más sano, es arrepentirnos.

El arrepentimiento, es una de las armas espirituales que poseemos, para derrotar el poder del pecado en nuestras vidas. Reconocemos nuestras faltas, nos arrepentimos y pedimos perdón. Es un camino de liberación y sanidad.

No hay comunión intensa sin ésta escala, para eso debemos entender aquello de lo que venimos hablando en éstos últimos días.

Cuando hablamos de limpiar las vasijas, de limpiar nuestras vidas, estamos hablando en buena medida de reconocimiento y cambio.

Las armas de nuestra milicia de las que habla el pasaje de Corintios que miramos el día 8, en parte son éstas. Le arrebatamos al infierno el poder de la culpa y la acusación, cuando nos reconocemos imperfectos y nos volvemos de nuestros errores.