PALABRAS DE VICTORIA

No estaremos desamparados



Pasaje

En Ti pondrán su confianza los que conocen Tu nombre, porque Tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan Salmo 9:10


Oración

Te doy gracias Señor por Tu Presencia, siempre cercana. Basta solo con nom-brarte y puedo sentir el abrazo de Tu amor. Gracias por la gente que puedo llegar a tener alrededor, pero mi anhelo principal, es estar siempre cerca de Ti


Declaración

Padre, pongo mi confianza en Ti y declaro Tú Presencia sobre mi vida, mi casa y mi iglesia, porque Tú no abandonas a los que te buscan.

Desarrollo

Algo que he aprendido en éstos veinte años en el ministerio, es que el temor a estar solo es una de las preocupaciones centrales del ser humano.

No importa cuantas veces repitamos frases como “mejor solo que mal acompañado”, muchas veces preferimos malas compañías, por encima de la soledad.

David supo de soledad. Pasó mucho tiempo de adolescente solo en los montes cuidando las ovejas de su padre y fue solo a enfrentar al gigante Goliat. Fue bendecido por Dios con victorias y reconocimiento de su pueblo, pero perseguido injustamente por Saúl, debió refugiarse solo en el desierto y finalmente llegó a una cueva, donde le unieron personas derrotadas y rechazadas por la sociedad de su época.

Debió huir solo en ocasión de ser perseguido por su propia familia, ya siendo rey de Judá, así que cuando escribe el Salmo 9, sabe de lo que está hablando. Se puede buscar a Dios en todo momento, el que lo busca lo encuentra y no hay un mayor recurso para no sentirse solo jamás, que la Presencia de Dios. El no abandona a los que lo buscan.

¿De quién quieres estar rodeado? Un día algunos de los que nos rodean, partirán antes que nosotros, pero podremos superar la separación si nuestro mayor anhelo, es no separarnos de Jesús jamás.

El está con nosotros todos los días hasta el fin y siempre estará cercano a aquel que lo busque.

Que Dios te regale estar rodeado de buena gente toda tu vida y ojalá no te falten amigos y hermanos fieles que recorran el camino contigo, pero por sobre todas las cosas, poné tu confianza en Dios y viví el milagro de no sentirte solo jamás.