PALABRAS DE VICTORIA

Resistir al diablo



Pasaje

Santiago 4:7 “Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo y él huirá de vosotros.


Oración

Me humillo ante Ti Señor, reconozco Tú grandeza y mi pequeñez. Me someto a Tú Voluntad, quiero hacer Tú Voluntad. Dejo de lado mi vanidad, mis deseo es agradarte y servirte. No estoy solo en la pelea, Tú estás a mi lado.


Declaración

Declaro enemistad con el infierno. Satanás, fuera de mi casa, fuera de mi vida, fuera de mi familia.

Desarrollo

Cuando nos sometemos a Dios, Cristo no solo viene a ser el Salvador, el “rescatador” nuestro, sino que es Señor de nuestra vida. Él es quien da las órdenes. Y el estar bajo el control absoluto y completo de Cristo no consiste en estar un día bajo su control y otro día no. Es para siempre y en todo momento. Nos sometemos a el lo sesenta minutos de la hora, las 24 horas al día, y los 365 días al año, en los tiempos buenos y en los tiempos malos, en tiempos de salud y en tiempos de enfermedad, en tiempos de riqueza y en tiempos de pobreza, a todo tiempo nos sometemos a Dios. Someternos a Dios significa estar dispuestos a darle toda la honra y gloria a Él por cualquier cosa que Él hace. No se trata de: "Mira lo que yo he hecho por El, sino que: Mira lo que Él ha hecho por medio de mi que soy barro en sus manos, un instrumento insignificante. Entonces, Santiago dice, "Resistan al diablo." Primero, hay que someternos a Dios si queremos resistir al diablo. Sabemos que el diablo es una persona, es decir, tiene su propia personalidad. El tiene existencia propia y posee inteligencia, emociones, y voluntad propia. El entiende, piensa, razona y recuerda. Aunque hay los que niegan la personalidad de Satanás, la Biblia nos enseña que es una persona sabia, sutil, y poderosa. El enemigo número uno tanto de Dios como del hombre. Santiago nos exhorta aquí, "Resistan al diablo." Y, junto con el mandato hay una promesa grande. "Y Satanás huirá de ustedes." Para poder resistir al diablo, necesitamos un plan - un plan bien definido. La razón porque Satanás gana, muchas veces, es porque el cristiano no está preparado para la batalla. Y ese plan es el uso efectivo de la Palabra de Dios.