© Cristo para Todos. All Rights Reserved.

© Cristo para Todos. All Rights Reserved.

Nuestra historia y pilares.

MISIÓN: Desarrollarnos como comunidad de fe Cristo céntrica, con un claro enfoque en el desarrollo de cada integrante de la congregación como discípulo de Jesucristo.

Esta declaración de MISIÓN, define nuestro deseo de desarrollo personal y comunitario, entendiendo el valor de la Palabra de Dios, la acción del Espíritu Santo y la continua búsqueda de la Presencia viva de Dios, predicando el evangelio en todas las formas posibles, entretanto nuestro Rey regresa.

IDENTIDAD: Nos definimos como una congregación que busca vivir toda la experiencia con Dios y que tiene en el evangelismo, la adoración y la guerra espiritual, un enfoque muy relevante para alcanzar la asignación de pastorear la comunidad.

VISIÓN: Los pilares de la visión en Cristo para Todos, podemos resumirlos de la siguiente manera:

  1. Una visión de Reino y el Evangelismo como estilo de vida.

  2. El Discipulado como práctica permanente.

  3. La Ministración del Espíritu Santo.

  4. La Batalla espiritual y la intercesión como recurso para alcanzar y permanecer.

La historia de Cristo Para Todos comienza en 1922, en una pequeña casa ubicada en la calle Canale, cerca de las vías del tren. Con el tiempo, este lugar fue creciendo y trasladándose a espacios más grandes, hasta que a principios de los años 30 se estableció en un hermoso templo en la calle Diagonal Brown, que llevaba en su fachada el nombre Templo Evangélico Bautista. Sin embargo, en los registros de la Asociación Bautista era conocida como la Primera Iglesia Bautista de Adrogué.

Uno de los nombres que no puede faltar al hablar de sus inicios es el del misionero neozelandés Robert Elder, quien fue el fundador de esa primera casa que luego se transformaría en iglesia. Su incansable labor, junto con la de su familia, fue fundamental para el crecimiento de la obra misionera. Este legado fue continuado por los pastores Tudor MorrisJuan MarsiliFrancisco SomaMateo KronDaniel GaydouAndrés Gleis y Esteban Schleret, quien pastoreó hasta 1974. Ese año marcó el comienzo de una nueva etapa de transformación y crecimiento para la congregación.

En ese momento llegó el pastor Eduardo Lorenzo y su familia, quienes asumieron el reto de llevar el mensaje de Cristo a una ciudad que aparentaba no necesitarlo. Bajo su liderazgo, la iglesia experimentó una renovación tanto espiritual como estructural, adoptando un nombre que reflejaba su misión: Cristo Para Todos, con la clara vocación de llevar el evangelio a toda la ciudad.

Durante esos años, la iglesia no solo creció en número, sino también en experiencias espirituales profundas. Se vivieron momentos clave, como la compra de un cine en el centro de la ciudad que, tras un incendio, impulsó el traslado definitivo al auditorio de la calle Bouchard 1020, un espacio mucho más amplio que permitió albergar a más personas y expandir las actividades de la iglesia.

Este compromiso social se combina con una fuerte vocación evangelizadora. El método de evangelización callejera, conocido como “pesca”, ha sido una práctica constante durante más de dos décadas, atrayendo a innumerables personas hacia Cristo. El pastor Lorenzo solía decir: “No quiero que llenen esta iglesia de gente; quiero que llenen la ciudad de cristianos”. Y la congregación ha sido fiel a este llamado, impactando tanto a la propia iglesia como a las vecinas.

El siglo XXI trajo nuevos desafíos, pero la iglesia ha sabido adaptarse. Su participación activa en la vida social de Adrogué ha hecho que las autoridades locales recurran a sus servicios en diversas ocasiones. Las instalaciones de Cristo Para Todos han sido utilizadas para campañas de vacunación, donación de sangre, charlas y capacitaciones, así como para la entrega de medallas a egresados de colegios. Durante la pandemia, incluso, se convirtió en centro de atención de pacientes leves y punto de distribución de alimentos en colaboración con un programa nacional.

El rol de la iglesia durante la pandemia merece un capítulo aparte. En esos tiempos difíciles, Cristo Para Todos redobló su esfuerzo social, ampliando la escala de programas como Permitido abrazarEl Semillero y Jesús es mi abrigo, que se convirtieron en un refugio para muchas familias afectadas por la crisis. A esto se sumaron iniciativas anteriores como Lo que usted no usa, enfocada en la donación de bienes a quienes los necesitaban, y el programa de recuperación de adicciones, que ha brindado esperanza y transformación a muchas personas.

Hoy, a cien años de su fundación, los festejos se llevaron a cabo de manera sencilla pero significativa. La fecha no pasó desapercibida; la congregación celebró con noches de adoración en su auditorio y, fiel a su misión, se movilizó en las calles, testificando de Cristo y evangelizando, el corazón de su llamado.

A. Visión Geográfica: Lo local versus lo territorial
En el Reino la identificación es con Jesús, es la asociación con Él la que nos salva, nos da vida, nos inspira, nos promueve, nos entusiasma. La mentalidad del Reino nos hace pensar en todo el territorio y en todas las personas, el libro de Ezequiel cap. 47 y 48 nos hace notar que cuando el pueblo de Dios asume responsabilidad y liderazgo en todo el territorio de la ciudad cambia de nombre. La identidad de la ciudad no cambiará con ningún cartel, será transformada solo por el poder de la Presencia del Señor.

B. Un Reino, una Iglesia, un Mundo: la unidad como un valor indispensable Cuando uno observa la ciudad y pregunta ¿Cuántas iglesias hay? La respuesta es siempre un número plural inconcebible y contrario a la enseñanza bíblica. La Biblia enseña, que Dios tiene una iglesia para salvar a un mundo y se manifieste la autoridad del único Rey.

C. Edificio versus Ciudad
La iglesia del Reino estará permanentemente atenta a la ciudad, sus prácticas y necesidades, la iglesia se sentirá y será parte de la ciudad. No miramos la ciudad como algo ajeno, sino la amamos y servimos como parte de la expresión de Dios por sus habitantes.

D. Para Todos versus para los que creen
Hay que volver a asegurarnos que creemos y practicamos el evangelio que abrazamos. La redención es para todos. Como decía Pablo de todos soy deudor, el Reino no discrimina, el Reino insiste que todos y cada uno tengan su oportunidad, es nuestra responsabilidad, pero también nuestro privilegio comunicárselo.

E. El Evangelismo como Estilo de Vida
No podremos sobre enfatizar esta verdad en manera suficiente.
Nuestro ejemplo en toda circunstancia o afirmación de valor en el desarrollo
del Reino de Dios es Jesús. Es el que dejó claras huellas para que andemos en ellas. Las huellas de Jesús siempre nos llevarán a un nuevo semejante, ya sea en estado de multitud o a solas. Los pasos de Jesús nos llevarán a una nueva plaza, a un nuevo espacio donde la gente se desplaza, comercia, ríe, llora, allí donde transcurre su vida, en las bodas o el sepulcro Jesús presente para producir lo diferente.

BASE BÍBLICA:

El ejemplo de Jesús.

  • Juan 5.1-17

  • Poner primero la gracia y luego la verdad.

  • Juan 5.19-20

  • Jesús no hacía nada por su propia cuenta.

El desafío de Jesús

  •  Juan 20:21

  • Ser enviados de la misma forma que Jesús.

  • Lucas10:1-10

  • Ir hacia la ciudad.

  • Bendecir con Paz

  • Relación de compañerismo

  • Milagros.

  • Presentar el Reino de Dios.

    La Iglesia Primitiva

  • Jesús: Juan 4.1-42; Juan 5.1-18; Juan 9.1-41

  • Los Apóstoles: Hechos 3.3-6; 5.12-15; 8.4-6; 8.25-40

  • La Iglesia: Hechos 13.9-12; 14.8-15; 28.7-10

  • La actitud de Ir: Ir como ovejas en medio de lobos.

    La fe debe ser una experiencia pública

    La posición tradicional

  • La fe privada.

  • La Iglesia se expresa dentro de un recinto.

    La Iglesia del NT

    • Hechos 2: 1-6

    • Hechos 2: 46

    • Hechos 5: 12

El discipulado, es una práctica permanente. No hay crecimiento de la iglesia, sin un discipulado sólido y constante.

“Todos ovejas, todos testigos, todos sacerdotes” es una frase acuñada por los años, la cual define al discípulo de Cristo, como una persona que busca constantemente vivir y compartir la presencia viva de Dios.

El concepto bíblico de discípulo tiene que ver con la apropiación de un estilo de vida. Si bien Jesús era un maestro y pasaba largos períodos del día vertiendo en sus oyentes enseñanzas acerca de todo tipo de temas, debemos recordar la expresión “ser hacedores de la palabra y no tan solo oyentes”, además de tener presente que las palabras de Jesús son Espíritu y son vida, y no olvidar jamás que somos sus amigos al hacer las cosas que Él nos manda.

Con esto no estamos menospreciando el valor de la enseñanza o el estudio en lo más mínimo, sino asegurándonos de entender que la experiencia de ser discípulo involucra todo ámbito en la vida, y no solamente lo intelectual. O practicamos una religión, sino que vivimos una relación. Es decir, no adoptamos un nuevo pack de conocimientos, aunque sean verdaderos y sabios, sino que intentamos parecernos a Jesús lo más que podamos. Queremos caminar como Él lo hizo, imitarlo en su mover, obrar y sentir.

Por definición, un discípulo es aquél que hace las cosas que hace su maestro. Es más que un alumno, es un seguidor. Un imitador de Jesús
La humildad es un parámetro de las relaciones interpersonales. El conocido pasaje de Juan 10, nos dice: “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así, así como el Padre me conoce y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas”.

Con este pasaje el Señor Jesús pone las cosas en orden: Él es el buen Pastor; es un puesto ya cubierto, es el Pastor supremo, el resto somos todos ovejas. Nada de lo escrito en la Palabra de Dios está allí porque sí. En cada detalle el Señor tiene una intención.

No es casualidad las treinta y cinco veces que en los Evangelios se nos compara con ovejas. Hay una intencionalidad en eso. Dios dice lo que Él espera de nosotros, de nuestra identidad. Dependiendo de Él viviremos más y mejor, seremos guiados a buenos pastos y protegidos de los peligros.
Por eso, parte de ser discípulos es que todos seamos ovejas.

BASE BÍBLICA

  • El llamado del Señor a dejarnos guiar: Mateo 4: 19, Mateo 11: 28-30

  • El llamado del Señor a no dejar de predicar: Hechos 1:8

  • El llamado del Señor a no dejar de ministrar la gracia: Juan 14: 12-14,

    Hechos 8: 4-25

Cuando observamos el N.T. vemos que tanto Jesús como en el resto de los escritos la vida en el Espíritu es vital para el ser humano.
En materia del Reino de Dios, el rol de la relación con y en el Espíritu, es lo que establece la realidad de la Presencia, influencia, autoridad de nuestro Dios.

Para una iglesia que pretenda vivir la realidad del Reino este tema, pero especialmente la práctica de las recomendaciones bíblicas es el único camino para una plena realización de los ideales cristianos.
El conocimiento claro del rol del Espíritu Santo y su influencia hará de la vida, una vida con propósito y en triunfo más allá de los avatares circunstanciales de la historia. La iglesia del Reino participará del milagro de la transformación y discipulado del mundo de la mano poderosa del Espíritu Santo.
Como Jesús tenemos que ser dóciles a su guía, conscientes de su necesidad y experimentados en sus prácticas. No habrá una sensación de seguridad y destino comparable a ser llevado por el Espíritu a donde Él quiere, ni una experiencia más enriquecedora que ser ministrado y dotado por el Espíritu Santo de Dios en nuestro espíritu.

A. El Espíritu y Jesús
Surge con la lectura de la vida de Jesús Su relación con la Tercera persona de la Trinidad. El Hijo se hace hombre, verdaderamente hombre, sujeto a nuestras pasiones y debilidades. Filipenses 2 nos enseña que él deja la prerrogativa, el derecho de la Deidad para hacerse obediente hasta la muerte y muerte de cruz. En Jesús Su Espíritu está en plenitud, su decisión de estar sujeto al Padre, le da al Espíritu Santo la facultad y autoridad para guiarlo en todo.
La promesa de Isaías 11:2 acerca del Espíritu Santo y el Mesías se cumple acabadamente en Jesús. La revelación a Juan el Bautista era que sobre quien viese bajar el Espíritu Santo, le declarara el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

B. Jesús, los discípulos y la Promesa
Jesús prepara a sus discípulos durante todo Su ministerio, para su ausencia en carne confiándoles una acción futura que será vital para la iglesia del Reino.
La ausencia física, anunciada varias veces por Jesús, profetizando su muerte, les abre la puerta a la promesa relevante, la que modificará, no solo sus rumbos, sino que llenará sus vidas en un modo que jamás habían soñado

C. La dinámica de la vida en Espíritu Santo enseñada por Jesucristo.
En Juan 14:1-4 Jesús lanza proféticamente sobre los discípulos la revelación y desafío “las obras que yo hago vosotros las haréis también y aún mayores haréis, porque yo voy al Padre. Este pequeño apéndice: “porque yo voy al Padre” pone de relieve que no será la simple labor de los discípulos sino su dependencia de lo que pasa en los cielos. “Si algo pidieres en mi nombre, yo lo haré”.

“El Padre os dará otro Consolador” y ahora esta presencia será para siempre. Este estar y para siempre es fascinante.

El mundo ignorará esta presencia, pero podrá observar sus efectos en la vida de los discípulos. Mora con vosotros tiempo presente y estará en vosotros en un pronto futuro. Mora con vosotros es evidente se refiere a cómo lo han visto en Él.
Les promete “no os dejaré huérfanos” es una declaración que nos revela la paternidad de Dios manifestada de forma concreta por la Presencia de Su espíritu en nuestras vidas.

La docencia del Espíritu es un hecho, una realidad. La iglesia de Reino está llamada a recibir las cosas por la impartición del Espíritu.
Las enseñanzas de Jesús que no cabrían según Juan en todos los libros del mundo; tienen en el Espíritu Santo una memoria continua.

D. La venida del Espíritu Santo en pentecostés
Jesús resucitado aparece en forma intermitente a sus discípulos y luego al apóstol Pablo, quien, en una de sus cartas, nos cuenta que incluso se apareció a más de 500 hermanos juntos. Esto duró 40 días al cabo de los cuales Jesús se despide de los suyos; luego de recordarles las enseñanzas clave de cómo vivir la fe.
La iglesia del Reino impulsada por el Espíritu Santo buscará permanentemente ampliar el radio de su influencia con la visión de llegar hasta el fin del mundo.
La labor de la iglesia ungida por la presencia viva de Dios, se extenderá por toda la Tierra en un movimiento único con la fuerza y eficacia de nuestro testimonio bajo la influencia del Espíritu Santo. El verdadero conocimiento espiritual es producto de la relación personal con Dios.

BASE BÍBLICA
Revelación y Presencia de Cristo (Juan 14)

  • Juan 14:18 no os dejaré

  • Juan 14:26 el Espíritu Santo nos revelará a Cristo

  • Juan 16:14 nos enseñará de parte de Él

    El rol del Padre y la ejecución por el Espíritu Santo.

  • Juan 15:26

  • Juan 14:16

  • Juan Hechos 2:33

    Dotación

  • Lucas 24:49

  • Hechos 2:33

  • 1a Juan 2:20

     

    Vivencia en el Mundo

  • Marcos 13:11

  • Hechos 1:8

  • Hechos 2:4

  • Romanos 5:5

     

El Nuevo Testamento, plantea un cuadro hermoso acerca de la vida cristiana normal. Lo vemos como una vida:

  • Abundante (Juan 10:10)

  • Vencedora (2o Corintios 2:14; Romanos 8:35-39)

  • Victoriosa (1o Corintios 15:57)

  • Triunfante (2o Corintios 2:14)

    Desde esta base, podemos afirmar que lo normal en la vida de un cristiano será:

  • Victoria sobre el pecado (1o Juan 3:1-10)

  • Semejanza con la vida de Cristo (1o Pedro 2:9-10)

  •  Semejanza con la vida de los apóstoles (1o Tesalonicenses 4:1-2)

    Sin embargo, algo ocurre, al observar nuestras vidas y las de otros miembros de la Iglesia, no hay un cabal reflejo de lo que acabamos de citar.
    Pueden existir varias causas:

  • Algunos no querrán vivir tal vida.

  • Quieren ir al cielo, pero sin vivir para Jesús.

  • Quieren a DIOS, pero no le aman.

  • No han llegado a comprender el significado real de la vida con Cristo.

    Queremos alcanzar una vida cristiana que sea normal. Amamos a Dios, buscamos servirle, queremos agradarle lo más posible.
    Es posible que necesitemos:

  • Tiempo de maduración.

  • Conocimiento bíblico.

  • Mayor comunión con el Espíritu Santo.

    Debemos reconocer que a nuestro alrededor y en todo el mundo, constantemente se desarrolla una contienda, que si bien ya tiene decretado quien es el vencedor, no por eso es menos intensa.
    Cuando recibimos a Cristo como Salvador Personal, al mismo tiempo, nos definimos en contra del pecado y satanás.

● Distinguimos dos batallas:

A. La batalla contra la carne.
Pablo usa la palabra “carne” para referirse a nuestros hábitos, tendencias e instintos en nuestros cuerpos que nos llevan al pecado. (Romanos 7:23) Este es el aspecto de la guerra que más nos desmoraliza y desanima. Justamente aquí es donde el diablo trata potencializar nuestras debilidades y quitar soldados del frente.

La Biblia viene a nuestro auxilio diciéndonos, que somos nuevas criaturas en Cristo Jesús, hechos para buenas obras. No debe desalentarme, mayor es el que está en mí, que los que vienen contra mí. Es el mismo Espíritu Santo quien pelea de mi lado. (Romanos 8:9-17; 1o Juan 4:4)

Es correcto decir que Sí me equivoco, pero tengo alguien que intercede por mi ante el Padre y que soy más que vencedor por medio de aquel que nos Amó
(Romanos 8:37-39).
Jesús triunfó sobre el pecado y esto quiere decir que nosotros como Sus hijos, podemos triunfar también. Resistir a la tentación cada vez que se presente, será más fácil en función del lugar que ocupe el Espíritu Santo en su vida. Si Dios a través del Espíritu Santo, ocupa la totalidad de nuestro ser, el pecado pierde campo de acción y posibilidad de dominio. Busquemos la santidad como

una forma de alcanzar victoria.
B. La batalla contra las potestades.

“Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes mundiales de estas tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (Efesios 6:12)
El Espíritu Santo nos revela, a través del apóstol Pablo, contra quien es nuestra guerra y por medio de la Biblia, esta afirmación de la carta a los Efesios.

(1o Pedro 5:8; Apocalipsis 12)
Desde Génesis 3 hasta Apocalipsis 20, la guerra contra el infierno es una realidad ineludible. Estamos en medio de ella y podemos vencer.

● La Intercesión:
Hace tiempo que Dios está enseñando a Su iglesia en el país acerca del asunto. Desde que todo este proceso comenzó, siempre hemos creído que no hay nada más efectivo que orar en el lugar donde las cosas han ocurrido, o bien por aquello que es el objeto de nuestra intercesión. Pues bien, no hay intercesión por los perdidos más efectiva, que la que se hace con los perdidos. Saturemos la ciudad de oración.
Esta es una clase de oración que requiere más de 5 minutos. Dios busca más guerreros de oración. Todo triunfo del Reino depende de las oraciones de los santos. Usemos la armadura espiritual y entremos en acción. Todo creyente debe apartar un tiempo especial diario para este tipo de oración. Un tiempo en el cual cubrir de oración la Iglesia, los pastores y el liderazgo en general. Un tiempo en el cual reclamar la ciudad en la que vivimos para CRISTO y romper los baluartes del hombre fuerte sobre esa zona.
La tarea de la intercesión no es para “los santos viejos” sino para toda la Iglesia. La Biblia, al tocar el tema, se refiere a todo creyente. Cuando Dios quiere hacer algo en el mundo o en su Iglesia, reclamará que oremos. La unión con otro creyente en oración, aumenta el poder para atar a satanás. (Mateo 18:18-20).
Recordemos que tenemos autoridad dada por Cristo. Cuando dos cristianos consagrados se unen, esa autoridad crece. Una Iglesia unida que ora, es el peor problema para el infierno. Es por eso que satanás busca destruirnos y evitar que oremos. (Efesios 4:1-16).

● El clamor y las acciones de fe, para alcanzar la ciudad

Impactar una ciudad exige unanimidad y perseverancia. Donde perseveramos en nuestra actitud de bendecir e influir finalmente se abren las puertas.
Algunos principios y prácticas en la intercesión para impactar una ciudad.

  1. Saturación del ámbito espiritual. Al entender el ambiente espiritual de una ciudad la oración intercesora actúa como un bombardeo de bendición.

  2. La iglesia sale a la calle para manifestar Su Presencia, sale en actitud de bendición e impacto para la ciudad, sabemos que Jesús es Señor pero él nos dio el mandato y la unción para esto.
    La iglesia marchando feliz y en actitud de alabanza. Declarando las verdades de Dios. La iglesia presente en las celebraciones seculares, la iglesia respondiendo a las necesidades de la población. No solo asistiendo a los pobres, sino presentándose en todos los lugares claves, municipalidad, comisaría, cuerpo de bomberos, clubes, asociaciones de bien público, comerciantes, bancos, etc, haciendo notar su presencia y haciendo oír su voz.

  3. La parte más difícil pero también la más efectiva, es la iglesia desparramada en la ciudad presentando a Jesús a las gentes, que lo conozcan a Él. Testificando persona a persona, usando el evangelismo de oración.
    Amar la ciudad como Dios la ama, implica hacernos responsables de velar por sus moradores, bendecirlos, tomar contacto, llevarlos a CRISTO y pastorearlos.

    Esto mantenido en el tiempo hará que la gente sepa que hay un pueblo de Dios a quien recurrir en caso de necesidad. Nosotros descubriremos más y más los espacios para influir. Se tiene que cumplir lo que dijeron de Pablo y sus compañeros “estos que trastornan el mundo entero han llegado hasta aquí”.

    Debemos asegurarnos que casa tendrá la oportunidad. Nuestra presencia y constancia, llenos del Espíritu Santo, logrará un cambio de atmósfera, y se percibirá la Presencia de Dios. Todo porque Su pueblo decidió mirar más allá de

    su cerco, vio la necesidad, escuchó el clamor y no fue indiferente.
    “Por amor a la ciudad no callaré y por amor no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha. Entonces verán las gentes tu justicia y todos los reyes tu gloria y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Dios nombrará y serás corona de gloria y diadema de Reino” Isaías 62

    A su tiempo segaremos sino desmayamos dice el Señor, pero también sabemos
    que los tiempos de bendición se aceleran de forma tal que el que cosecha alcanza al que siembra.

    Vale la pena orar y trabajar para ver mi ciudad a los pies del Señor.

Pr. Bernardo Affranchino

Cristo Para Todos ha dejado una huella significativa en la sociedad de Adrogué a través de acciones concretas que siguen brindando bienestar a la comunidad. El pastor Bernardo Affranchino, quien ha liderado la iglesia desde 2011 y forma parte del equipo pastoral desde hace más de treinta años, destaca la gran labor social que realizan: “Tenemos programas como Permitido abrazarJesús es mi abrigoEl Semillero, el programa de recuperación de adicciones, el de acompañamiento a madres embarazadas, Lo que usted no usa alguien lo necesita, la campaña Sí o no y programas de formación y capacitación”.