📖 Texto clave:
“Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: ‘Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo’.”
(Mateo 28:18-20)
Reflexión:
Nuestro llamado como iglesia es seguir el ejemplo de Jesús, quien siempre iba al encuentro de las personas donde ellas se encontraban. Jesús no se limitó a esperar que la gente viniera a Él, sino que salió a buscarlas en plazas, hogares, bodas, incluso en los lugares de dolor y muerte. Su vida fue un testimonio de búsqueda constante para traer el Reino de Dios a la realidad cotidiana.
Al igual que Jesús, debemos entender que el Reino de Dios no es estático, sino dinámico. No podemos esperar que la gente venga a la iglesia; debemos llevar la iglesia a la gente. Nuestra misión es salir, compartir el evangelio, orar por las necesidades de las personas y ser luz en medio de la oscuridad.
Desafío del día:
Hoy, pregúntate: ¿Estoy llevando el mensaje de Cristo a mi comunidad? ¿Estoy dispuesto a salir de mi zona de confort para alcanzar a aquellos que necesitan escuchar las buenas nuevas de salvación? Pide a Dios que te guíe hacia nuevas oportunidades para compartir su amor.
Oración:
Señor, ayúdame a ser una iglesia que va. Dame la valentía para salir y compartir tu amor con aquellos que están en necesidad. Que mis acciones reflejen tu corazón y que mi vida sea un testimonio vivo de tu poder transformador. Amén.
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